La única manera de describir la noche de Adam Green en BARTS es completa. Lo tuvo todo: la proyección de su película Aladdin, actuación de sus músicos y de su pipa, su propio concierto con banda, sin banda, apartados para peticiones, bailes con sus fans y una colaboración muy especial. No se le puede pedir más a su paso por Barcelona en 2016, tan sobresaliente como su actuación en el Primavera Sound de 2013 junto a Binki Shapiro, ¡y eso que el listón estaba muy alto!
La maratón de Adam Green en la Sala Barts comenzó temprano. Su segunda película, Adam Green’s Aladdin, ya reunió a la mayoría de los asistentes para conocer otro formato del cantautor y dibujante. El reparto lo compone su grupo de amigos de altos vueltos, entre ellos: Macaulay Culkin1, Natasha Lyonne2, Alia Shawkat3, Zoë Kravitz4, Penn Badgley5 y colegas del mundo de la música como Andrew VanWyngarden (MGMT), Har Mar Superstar, Devendra Banhart, Rodrigo Amarante o la propia Binki Shapiro.
¿Que cómo es la película? Es el traslado de la vertiente más cómica y macarra de las letras de Adam Green a la pantalla. Una recreación del cuento de Aladdin que une, de una forma absolutamente psicotrópica, el cine de Michel Gondry, el humor de Beavis & Butthead y los stoner films de ayer y hoy. Sorprendentemente, el producto final es mucho más consistente de lo que podría haber sido e incluso Adam Green resulta convincente en su faceta de actor. Pero sin duda, lo mejor es su música, que al final es lo que traía al neoyorkino a Barcelona; la presentación de esta banda sonora, su último disco como tal, y que ocupó buena parte del repertorio.
El propio Adam Green se encargó de detener los títulos de crédito para anunciar, desde la mesa de sonido, que el concierto comenzaría en 15 minutos de reloj, la mínima pausa para terminar de preparar la puesta en escena. Fue un primer aviso de que presenciaríamos un concierto largo, así que, al ser lunes, mejor lanzarse al escenario cuanto antes. Desde allí, ataviado como si siguiera dentro de la pantalla, anunció que su roadie, un buen amigo llamado Ryder The Eagle, nos tocaría primero un par de canciones. Aunque a veces esto acaba en pinchazo, no desentonó y sorprendió con su energía y rabia. Primera sorpresa, agradable, superada.
Llegó el momento de Adam Green, cuyos músicos pertenecen al grupo francés Coming Soon, al que presentaría más adelante. Comenzaron con algunos problemas técnicos y, al tocar la segunda canción, Bluebirds, explicaron que no se estaban oyendo sobre el escenario; a pesar de ello, habían sonado bien. Tras un breve parón y lastres en el sonido, ahora sí obvios para el público, el concierto retomó el vuelo.
A partir de entonces, Adam Green se soltó definitivamente y transmitió todas sus ganas de pasárselo bien al público. No paró de bailar durante las casi dos horas de actuación ni de hablar con el público en un intento de castellano entrañable. Antes de Tropical Island, uno de los mejores temas de su LP en solitario más serio (Sixes & Sevens, Rough Trade Records, 2008), se marcó el estribillo del ya clásico kitsch de The Beach Boys Kokomo. Es una de las obsesiones musicales de Green, que ya la grabó con Ben Kweller como cara B del single Jessica (Rough Trade, 2004), y quedó patente, pues a lo largo de la noche continuó tarareándola junto al público.
Emily logró romper la gran barrera de la BARTS en estas ocasiones: los asientos. Muchos comenzaron a levantarse para bailar y Adam Green aprovechó para un gran momento de crowd surfing: verle ataviado de Aladdin, con su gorro inconfundible, recorriendo la sala sobre los asistentes fue tan genial como surrealista. Todo a la altura de lo que promete un concierto del ex-Moldy Peaches.
Precisamente, al quedarse solo con su guitarra tras ese subidón, retomó una de las grandes canciones de su antigua banda: Who’s Got The Crack. Abrió entonces un primer turno de peticiones de los fans en que aprovechó para tocar algunos temas menos obvios de su ya extensa discografía, con más de 10 LPs a sus espaldas. Había donde elegir y permitió que escucháramos canciones como Secret Tongues, que de otra manera se abrían quedado fuera del repertorio.
Cuando parecía que llegaba el colofón del concierto al volver el resto de músicos, presentó a Coming Soon y les dejó el escenario para tocar dos de sus canciones propias. Su actuación fue más fría que la de Ryder The Eagle, especialmente por la actitud distante del cantante6, quien sin embargo cantó el inicio de Chelsea Hotel de Leonard Cohen a modo de homenaje; quizá la escasa respuesta del público a esta muestra de respeto fue lo que terminó de enfriar su actitud en el escenario. Sus canciones, con todo, no rechinaron y encajaron bien en la progresión de la noche.
Con Adam Green de vuelta, comenzaron a descubrir las últimas sorpresas de la noche y no se dejaron ninguna de sus grandes canciones fuera. Sonaron Drugs, Jessica o Friends of Mine y desató una fiesta sobre el escenario al invitar a cuatro de sus fans, que habían ido vestidos como en la película, a subir a bailar con él. Es buena señal que las nuevas canciones, como Fix My Blues, Never Lift a Finger o Do Some Blow (With Me) quedan plenamente integradas a la altura de sus éxitos previos y fueron de las más celebradas. Volvió a parecer que el concierto se acercaba a su final, ¡y no! El músico, solo sobre el escenario, abrió un nuevo turno de peticiones a la espera de la gran sorpresa de la noche.
Esta llegó con el resto de la banda, cuando Green decidió llamar a una buena amiga catalana a quien había ilustrado su LP de debut: Núria Graham7. Con ella recuperó parte de la magia de The Moldy Peaches al tocar la canción que abría su único disco de estudio: Lucky Number Nine. Para los que somos seguidores de ambos8, y sin haber podido ver en directo a Moldy Peaches, fue un momento muy especial.
Ahora sí, el concierto llegó a su final con la canción-karaoke que cierra Aladdin, Interest in Music, seguida de Dance With Me. Todos en BARTS acompañaron a Adam Green sabiendo que, rozando la medianoche, se acababa una noche completa. El héroe del anti-folk demostró que es un gran compositor y un buen músico con una trayectoria de largo recorrido, que como más disfruta es tocando en directo, haciendo películas y dibujando, todo ello rodeado de sus amigos. En Barcelona lo supo contagiar durante las tres horas que duró su visita, desde que comenzó la proyección hasta el último acorde. ¡Que vuelva como quiera y en la forma que quiera!
- Quien es presentado con sorna en los títulos de crédito con un descacharrante «… and introducing Macaulay Culkin». ↩
- Orange is the New Black, American Pie. ↩
- La inolvidable Maeby Fünke de la siempre reivindicable Arrested Development. ↩
- Actriz e hija, sí, de Lenny. ↩
- Gossip Girl. ↩
- Esto fue palpable durante toda la actuación, cuando estaba tras los teclados, en algunos casos programados; la desgana por momentos era evidente. ↩
- La portada de Bird Eyes (El Segell del Primavera, 2015) cuenta con una obra original de Adam Green, a partir de la cual se desarrolló el diseño del disco físico. Aquí encontrarás algo más de información. ↩
- Si no la conoces, puedes leer sobre Núria Graham en el post que publicamos sobre su concierto en Apolo el pasado mes de febrero. ↩