La anterior ocasión en que pudimos ver a Bill Ryder-Jones en Barcelona fue hace tres años: era parte de los músicos de apoyo de la gira internacional de Arctic Monkeys1. Tras una estructura de instrumentos o en un discretísimo segundo plano, aportó a las canciones punteos y pequeños arreglos que terminaban de rematar el sonido de los de Sheffield. Sus melodías delicadas y preciosistas eran similares a las que tocó durante años con The Coral, grupo con el que comenzó en 1996.
Ryder-Jones no sólo tocaba la guitarra, sino que compuso con The Coral algunos de los temas más íntimos y frágiles de sus primeros discos2. Tras despedirse de sus compañeros definitivamente en 2008, el año pasado publicó su tercer LP en solitario, West Kirby County Primary (Domino Recording, 2015). En él predomina un rock alternativo de corte norteamericano que se aleja del sonido folk y de canción de autor del anterior (A Bad Wind Blows in My Heart, Domino Recording, 2013) y, sobre todo, de sus trabajos como compositor de bandas sonoras3, pequeñas piezas basadas en piano en su mayoría.
Con esta nueva dirección ha logrado el mayor reconocimiento de la crítica y el mejor nivel de ventas desde que comenzó en solitario. Además, se ha rodeado de sus mejores amigos para formar un grupo que le ayude a interpretar sus canciones en directo. En la Sala Sidecar de Barcelona faltó el guitarrista Liam Power4, pero el sonido del grupo fue solvente y compacto, especialmente el de un batería que ejerció con baquetas firmes de director de la banda. Eso sí, nos perdimos al Bill Ryder-Jones más liberado y espontáneo a la guitarra, ya que se encargó de suplir la ausencia rítmica de Power. Hubo algunos problemas técnicos y de sonido por parte de la sala, pero no lograron empañar el buen trabajo de los cuatro músicos.
El concierto giró alrededor de West Kirby County Primary, con sus puntos álgidos al comenzar (arrancó con una de sus canciones más directas y redondas, Catherine And Huskisson) y en su tramo final (con la especialmente bonita Wild Roses). También hubo un hueco para A Bad Wind Blows in My Heart y sus canciones más íntimas, con un pequeño set de tres temas en que Bill Ryder-Jones se quedó sólo con su guitarra en el escenario. Se notó su experiencia y se entregó con una canciones que reflejan todo sus miedos y melancolía. Sin embargo, está claro que en 2016 el guitarrista prefiere estar envuelto por su banda y entregarse al rock más ruidoso y garagero.
Durante la hora y cuarto de concierto, Bill Ryder-Jones se mostró agradecido con el público, ya que según reconoció hace pocos días no tiene muchas esperanzas puestas en la gira a nivel de asistencia5; puede estar contento, puesto que la sala estaba bastante llena para un jueves todavía de invierno. Muy hablador para cubrir su timidez, entre canción y canción explicó lo que significaba para él tocar fuera de Inglaterra, hizo varias bromas e invitó a los asistentes a tomar unas cervezas con él cuando terminara el concierto.
Bill Ryder-Jones está encontrando su espacio, poco a poco, como músico en solitario. Se lo está ganando a base de buenas canciones, discos muy diferentes entre sí y conciertos entregados. Tras años siendo parte de uno de los mejores grupos de la década del ’00, girando con Arctic Monkeys y como músico de estudio, está liberándose y demostrando todo el talento que tiene. En Sidecar pudimos ver buena parte.
- Más en concreto, el concierto fue en el Olímpic de Badalona el 16 de noviembre de 2013. ↩
- Por ejemplo, Careless Hands de Magic and Medicine (Deltasonic, 2003) o So Long Ago (The Invisible Invasion, Deltasonic, 2005). ↩
- Su disco de debut fue una falsa banda sonora para la novela de Italo Calvino Si una noche de invierno un viajero: If… (Domino Recording, 2011). Además, ha publicado el EP A Leave Taking, banda sonora del corto del mismo nombre, y ha puesto música a diversos proyectos más. ↩
- «No puede salir del país» dijo Ryder-Jones en el concierto y algo similar en Instagram ↩
- «Espero muy poco de cualquier concierto, pero en la Europa continental aún menos. Siempre pienso que la gente no va a venir. Cuando toco en Europa, si aparecen más de 20 personas, me parece bien. No sé qué esperar, realmente.» Fuente: Bill Ryder-Jones: «No me gusta la música de fiesta», Mondosonoro, 15/03/2016 ↩